Rompe los esquemas y distínguete del resto apostando por un atuendo lleno de color. Aquí nuestras recomendaciones.
Claro, los trajes de lana de color gris carbón y los abrigos en color camello son prendas esenciales durante el tiempo frío, sin embargo esta temporada las piezas que verdaderamente transformarán los clásicos atuendos de siempre están llenas de colores brillantes.
De hecho, nunca habíamos visto colecciones de otoño con tantas corbatas de color azul eléctrico o camisas de vestir en tonos tan vibrantes, que les devuelven la vida hasta a los tweeds más polvosos. Y la mejor parte es que cualquiera puede desarrollar este estilo, porque se adapta a cualquier presupuesto. Por ello, aquí te presentamos varios consejos a considerar si es que quieres darle un toque de color a tu look.
1. Piensa en tus pies No tienes que ponerte zapatos negros o cafés sólo porque es lo que usa todo el mundo. Haz en la oficina como haces en la pista de baile: distínguete por lo que haces con los pies. Empieza por comprar unos cuantos pares de calcetines que no sean negros, y entonces sí ve a la zapatería: te darás cuenta de que los zapateros modernos están explorando los colores del arcoiris. ¿Zapatos oxford de color vino? Salud por eso.
2. Añade una pincelada de color con tu corbata No estamos sugiriendo, de ninguna manera, que vayas a la oficina con un traje color verde limón, al contrario, los trajes clásicos en tonos neutros son lienzos en blanco para que tú les añadas un poco de color. Empieza por conseguir una corbata con un diseño de colores brillantes. Es un elemento que atrapará la atención sin necesidad de empatarla con una camisa de tono chillón.
3. Despierta un traje con una camisa
Cualquiera se pone camisas blancas y azules para ir a trabajar. Y habrá por ahí algún prespster que se ponga una en tono rosa. Pero ¿por qué detenerse ahí? Recuerda que el anaranjado también es una opción digna de considerarse. ¿Y sabes qué otro color podrías intentar? El amarillo. Este tipo de camisas es justo lo que te hace falta para "despertar" un buen traje.
4. Apuesta por tonos que van más allá Unos cuantos centímetros cuadrados de color son más que suficientes para diferenciar un atuendo, y además esto funciona especialmente bien en otoño, porque es cuando te vistes por capas. Un cárdigan en color azul marino puede verse muy bien, pero un tono inesperado de azul es todavía mejor.
5. Outfit discreto, accesorios llenos de color Un impermeable en tono verde en realidad no tiene nada de nuevo: los británicos –a quienes la lluvia no les hace mella– llevan décadas poniéndose este tipo de prendas, y que sepamos, nunca se han sentido ni un poquito avergonzados por ello. Además, piensa que una vez que llegues a la oficina, lo vas a dejar colgado en el perchero, donde por cierto también se verá muy bien. Entonces, a menos que tengas la costumbre de celebrar tus juntas de trabajo al aire libre, no tendrás que preocuparte por espantar a los clientes.
6. Dale color a tu cartera Independientemente de la ropa que hayas decidido ponerte, puedes añadirle un toque de color por medio de una cartera (atención: no las combines con el resto de tu atuendo, eso ya es un exceso).
7. Enfrenta los días lluviosos con color Los paraguas de colores brillantes o estampados, además de ser elegantes, te ayudarán a enfrentar un día lluvioso y desmotivador con mucho estilo. Tu equipo de defensa contra la lluvia es otra forma de destacarte del montón... Que es precisamente la razón por la que recomendamos usar color en tu atuendo.
8. Construye a partir de un color A continuación, la que debe ser la noción de estilo más fácil y al mismo tiempo más radical del año: simplemente escoge un color y construye un tema alrededor de él. El azul es el más sencillo, porque le va bien a todo el mundo y no es extravagante. Además, lo más probable es que en tu clóset ya tengas todo lo que te hace falta.
9. Combinaciones infalibles - Azul + Café = La combinación más versátil en materia de guardarropa masculino, tiene infinidad de variaciones.
- Verde + Gris = El gris le aporta equilibrio al verde, y el verde le aporta al gris un poco más de vigor. ¡Eso es trabajar en equipo!
- Amarillo + Azul = El azul intenso complementa lo ácido del amarillo.
10. No olvides los colores complementarios Si quieres ir más allá de las combinaciones anteriores, es momento de recordar a un viejo amigo de la infancia: el círculo cromático. Tal vez también recuerdes que los colores complementarios, es decir, los que quedan en posición opuesta unos de otros, son los que van mejor juntos. Aunque también los de la misma gama combinan bien. Por ejemplo, tu nuevo portafolio en piel color naranja se vería muy bien con una bufanda verde. O el suéter azul, de cuello en V, resaltará todavía más si usas guantes en color café. También hay una buena razón para que tantas universidades tengan dorado y azul marino como colores institucionales.
Fuente: GQ México
De hecho, nunca habíamos visto colecciones de otoño con tantas corbatas de color azul eléctrico o camisas de vestir en tonos tan vibrantes, que les devuelven la vida hasta a los tweeds más polvosos. Y la mejor parte es que cualquiera puede desarrollar este estilo, porque se adapta a cualquier presupuesto. Por ello, aquí te presentamos varios consejos a considerar si es que quieres darle un toque de color a tu look.
1. Piensa en tus pies No tienes que ponerte zapatos negros o cafés sólo porque es lo que usa todo el mundo. Haz en la oficina como haces en la pista de baile: distínguete por lo que haces con los pies. Empieza por comprar unos cuantos pares de calcetines que no sean negros, y entonces sí ve a la zapatería: te darás cuenta de que los zapateros modernos están explorando los colores del arcoiris. ¿Zapatos oxford de color vino? Salud por eso.
2. Añade una pincelada de color con tu corbata No estamos sugiriendo, de ninguna manera, que vayas a la oficina con un traje color verde limón, al contrario, los trajes clásicos en tonos neutros son lienzos en blanco para que tú les añadas un poco de color. Empieza por conseguir una corbata con un diseño de colores brillantes. Es un elemento que atrapará la atención sin necesidad de empatarla con una camisa de tono chillón.
3. Despierta un traje con una camisa
Cualquiera se pone camisas blancas y azules para ir a trabajar. Y habrá por ahí algún prespster que se ponga una en tono rosa. Pero ¿por qué detenerse ahí? Recuerda que el anaranjado también es una opción digna de considerarse. ¿Y sabes qué otro color podrías intentar? El amarillo. Este tipo de camisas es justo lo que te hace falta para "despertar" un buen traje.
5. Outfit discreto, accesorios llenos de color Un impermeable en tono verde en realidad no tiene nada de nuevo: los británicos –a quienes la lluvia no les hace mella– llevan décadas poniéndose este tipo de prendas, y que sepamos, nunca se han sentido ni un poquito avergonzados por ello. Además, piensa que una vez que llegues a la oficina, lo vas a dejar colgado en el perchero, donde por cierto también se verá muy bien. Entonces, a menos que tengas la costumbre de celebrar tus juntas de trabajo al aire libre, no tendrás que preocuparte por espantar a los clientes.
6. Dale color a tu cartera Independientemente de la ropa que hayas decidido ponerte, puedes añadirle un toque de color por medio de una cartera (atención: no las combines con el resto de tu atuendo, eso ya es un exceso).
7. Enfrenta los días lluviosos con color Los paraguas de colores brillantes o estampados, además de ser elegantes, te ayudarán a enfrentar un día lluvioso y desmotivador con mucho estilo. Tu equipo de defensa contra la lluvia es otra forma de destacarte del montón... Que es precisamente la razón por la que recomendamos usar color en tu atuendo.
9. Combinaciones infalibles - Azul + Café = La combinación más versátil en materia de guardarropa masculino, tiene infinidad de variaciones.
- Verde + Gris = El gris le aporta equilibrio al verde, y el verde le aporta al gris un poco más de vigor. ¡Eso es trabajar en equipo!
- Amarillo + Azul = El azul intenso complementa lo ácido del amarillo.
10. No olvides los colores complementarios Si quieres ir más allá de las combinaciones anteriores, es momento de recordar a un viejo amigo de la infancia: el círculo cromático. Tal vez también recuerdes que los colores complementarios, es decir, los que quedan en posición opuesta unos de otros, son los que van mejor juntos. Aunque también los de la misma gama combinan bien. Por ejemplo, tu nuevo portafolio en piel color naranja se vería muy bien con una bufanda verde. O el suéter azul, de cuello en V, resaltará todavía más si usas guantes en color café. También hay una buena razón para que tantas universidades tengan dorado y azul marino como colores institucionales.
Fuente: GQ México
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